Las residencias y las personas que conviven en ellas están sufriendo las peores consecuencias de la pandemia de COVID19 que la sociedad está padeciendo.
Las medidas preventivas para evitar la propagación del coronavirus y los contagios pasan por que las personas nos mantengamos aisladas unas de otras y para ello han sido muchas las medidas adoptadas y que ya forman parte de nuestro día a día; uso de mascarilla, separación física con distancia, evitar el contacto físico, la higiene de manos sistemática (mecanismo de contacto indirecto con otras personas), confinamiento en espacios personales o familiares, buscan frenar el contagio de COVID19 a través del aislamiento de las personas.
Estas medidas son de difícil implementación y estricto cumplimiento pues son muchas las situaciones cotidianas en las que las personas interactuamos. En el límite, es necesario el confinamiento total en el domicilio de la persona o personas para evitar la transmisión.
Las medidas de prevención de la infección cobran especial importancia en los Centros Sociosanitarios en los que eliminar completamente el riesgo de transmisión es extremadamente complejo puesto que son lugares de convivencia y la distancia personal y social no es siempre posible. Además, se debe buscar el equilibrio entre la seguridad de las personas residentes y su bienestar y calidad de vida.
En los momentos en que las medidas necesarias son máximas, en lugares donde un colectivo de personas convive permanentemente y precisa del contacto físico estrecho con otras personas como las residencias, es virtualmente imposible lograr un aislamiento de cada persona adecuado y suficiente por lo que en estos centros se ha establecido el aislamiento colectivo, es decir, el aislamiento de todo el grupo; dicho de otra manera, se aísla la residencia (y las personas que conviven en ella) del exterior (y del resto de la sociedad).
Pero este aislamiento del colectivo es problemático pues las personas residentes sufren doblemente las consecuencias de la COVID19; primero, debido a su especial sensibilidad y segundo, por los efectos e impacto negativos del aislamiento prolongado. Este confinamiento colectivo trae consigo perjuicios para el bienestar físico, funcional, emocional y psicoafectivo de los usuarios de las residencias ya que limita mucho el contacto social de estas personas con el resto de la sociedad, impidiéndoles algo tan básico como el salir a la calle, pasear al aire libre, hacer uso de los espacios públicos, mantener las relaciones con otras personas… en definitiva, no pueden disfrutar de su ciudad.
Para paliar en parte esta problemática se propone la idea de establecer espacios seguros en el exterior de las residencias en los que los usuarios de las residencias puedan disfrutar, al menos en parte, del bienestar que proporciona Tudela como fuente de esparcimiento al aire libre. Es decir, proporcionarles una zona de ocio al aire libre en la que puedan disfrutar del exterior con garantías de seguridad frente a contagios.
Por ello, el Ayuntamiento de Tudela y las residencias de mayores hemos trabajado conjuntamente para crear estos espacios seguros en torno a los centros, con el fin de que las personas residentes puedan salir al exterior, reduciendo todo lo posible el contacto con otras personas y puedan pasear sin riesgos con un recorrido cercano, accesible y sin circulación de vehículos.
Para organizarlo de la manera más segura, hemos establecido unas horas en las que ese recorrido sólo sea utilizado por las personas residentes, solas o acompañadas por el personal del centro y/o visitas autorizadas cuando la situación epidemiológica lo permita, al igual que se establecieron franjas horarias para mayores durante la fase de desescalada.
Hemos establecido dos franjas horarias, de mañana y tarde y también hemos valorado que ese recorrido disponga de bancos en los que poder descansar.
Para que las personas residentes puedan disfrutar de estas salidas en espacios seguros, es necesario que los vecinos y vecinas colaboren respetando estas zonas y las normas de uso, por lo que solicitamos y agradecemos de antemano la colaboración de toda la ciudadanía para lograrlo.
Agradecemos al Ayuntamiento y al propio Departamento de Derechos Sociales que traten de impulsar cuantas medidas sean necesarias para concienciar de la necesidad de favorecer los derechos de las personas residentes en esta crisis.