En la residencia Nuestra Señora de Gracia trabajamos día a día para garantizar unos servicios eminentemente humanos y de calidad. Nos esforzamos especialmente en ofrecer un trato personalizado a cada residente, teniendo en cuenta sus gustos y preferencias, con el objetivo de que se sienta como en su casa.
Los trabajadores de la residencia, junto con los residentes, componen una gran familia. Todos ellos comparten su tiempo y un espacio común, intercambiando conocimientos y experiencias que enriquecen a ambas partes.
Los trabajadores, con absoluta dedicación y competencia, prestan todos los cuidados y la ayuda que sea necesaria a los residentes pero, además, también trabajan por fomentar su empoderamiento. Promueven la independencia de la persona, en la medida que sea posible, proporcionando los apoyos necesarios para tal fin y cubriendo todos los demás aspectos que así lo requieran.
Los valores y principios que guían todas y cada una de las intervenciones de cualquier trabajador de la residencia en la atención a las personas son: